lunes, 12 de noviembre de 2012

Agresión CARNAL

Por Dios, al fin puedo intentar nuevamente. Me ha costado muchísimo reparar este aparato. Tengo al ánimo al piso con todo lo que me ha pasado pero a la vez siento muchos deseos de contarles a Ustedes y a mi puta Penélope. Mi pelo volvió a crecer y esta vez con mucha fuerza, está naciendo en mi cabeza cabello grueso y vigoroso. Sospecho que su caída y me deterioro fue un efecto secundario del K3*****************************.. ahora me siento fuerte, viril…

Pasó algo espantoso hace unas semanas, cuando dejé de conectarme con Ustedes. Todavía yo estaba débil, era una hilacha. Un grupo de hombres uniformados, con máscaras plásticas y con filtros para gas irrumpieron en mi celda en un santiamén. Me desvistieron y luego me mañataron. Comenzaron a golpearme e interrogarme, me torturaban y prometieron violarme. Querían saber si yo sabía “eso”. Además de su paradero e ingredientes. Fue lapidario mi silencio hasta que intentaron cumplir con la promesa. Mientras dos me sostenían el más pequeño bajó sus pantalones y descubrió su horrible intimidad. Mis intentos por evitar la penetración lo ofuscaron más de la cuenta. Abrió una navaja que llevaba dentro de su bota y dibujó un pequeño tajo en mi vientre. Que podría imaginar lo que iba a suceder, ni la mente más pervertida hubiese adivinado. Tomo su pene con las dos manos y lo introdujo despacio y cómodamente dentro de mi herida. Violó mi carne. VIOLÓ MI CARNE. Sus movimientos se hicieron fuertes y yo, casi desmayado, por primera vez, llamé a la muerte. Luego los otros hicieron lo propio ya que prácticamente no hacía falta sostenerme. Me transformé en una muñeca inflable a la cual penetraban por un tajo improvisado. Depositaron su ESPERMA en mi cuerpo. Finalmente intentaron acomodar su uniforme bañado en sangre; le dieron cobijo a sus penes ya desinflados mientras yo arrinconado tiritaba en posición fetal, violado, maltrecho y rellenado con semen de salvajes uniformados. Pensé en mis años de montonero, cuando esquivaba soldados para evitar, justamente lo que hoy estoy viviendo. A pesar del dolor físico y la perturbación mental que provocó que tres hombres claven sus dagas en mi vientre fue más la sorpresa al darme cuenta, al otro día, que el tajo estaba prácticamente cicatrizado. ¿En qué me estoy transformando? ¿el consumo sistemático del K3***************** me ha hecho mutar? ¿porqué mi cuerpo sana al instante? ¿porqué el dolor emocional parece anestesiado? No odio a esos hombres, no guardo rencor. He sanado. Soy un hombre nuevo.